«Es imposible hacer de la Barceloneta un barrio pijo de ciudad»

El contraste muestra la verdadera dimensión de las cosas. Por eso los ojos de quien llega a un lugar pueden apreciar y fotografiar tantos detalles. En los siete años que el actor Andrew Tarbet lleva viviendo en la Barceloneta ha descubierto muchos de los valores de ese barrio marinero con personalidad propia.

Pequeñas calles, la colada en los balcones o a pie de calle, las paradas del mercado a un paso de casa... ¿Qué tiene en común todo eso con las dimensiones y estructura de lugares como Búfalo, Boston, Nueva York o Toronto donde Andrew Tarbet vivió antes de instalarse en la Barceloneta?«Este es un barrio humilde, eso lo caracteriza, donde se aprovecha mucho el espacio. Que la gente se grite mensajes en la calle, o desde el balcón, a mí me parece muy romántico, tanto como tender la ropa al sol. Esta es la vida mediterránea, auténtica, muy atractiva. Hace unos años, eso hizo pensar que se instalaría aquí gente moderna y pija, pero es imposible hacer de la Barceloneta un barrio pijo de ciudad», afirma.Tarbet nació en Búfalo pero ha vivido la mayor parte de su vida en Canadá.

«Mola mucho que vayas dos veces a una tienda y, a la tercera, ya eres como de la familia. Yo aquí por ejemplo, ya tengo mi carnicería: la Batllori»,constata el intérprete. Tarbet estrenará el próximo 22 de junio la películaTengo ganas de ti, dirigida por Fernando Gómez Molina, en la que interviene también Mario Casas y María Valverde.

Vivir en 30 metros cuadrados

«Las plazas y calles de la Barceloneta están llenas de vida, siempre hay gente en la calle»,destaca Tarbet.«En pisos de 30 metros cuadrados si te quedas todo el día en casa te vuelves loco»,bromea el actor. Él también vivió con su pareja en una de esas viviendas, pero actualmente habitan en otra que tiene el doble de metros.«Y no podemos quejarnos. Porque en el barrio, han vivido juntos en 30 metros abuelos, padres e hijos», dice.

Hasta que se estableció definitivamente en la ciudad, Andrew Tarbet pasó cinco años entre Toronto y Barcelona. Eso también le permitió vivir más los contrastes.«La vida en la Barceloneta me hace pensar en la canción de Cheers Where everybody knows your namque dice que todos queremos estar en un lugar donde sepan tu nombre», explica el actor, feliz de haber encontrado el suyo.«Sales de casa y en los primeros 10 metros que caminas ya has saludado a alguien», explica.«Esto es tan diferente del resto de la ciudad....»,dice,«tan cerca que está y aún la gente mayor, cuando va al centro sigue diciendo, voy a la ciudad. Me parece muy divertido», apunta Tarbet. Él, a esa ciudad acude sobre todo para comprar películas.«Yo vivo en el FNAC. Tengo alrededor de 900 DVD's de música y cine. Voy en metro o en bicing, que es lo mejor que ha puesto Barcelona», puntualiza el actor. Tarbet también se siente seducido por el resto de Ciutat Vella y el Eixample.«Soy de una parte del mundo muy joven, por eso flipo tanto con la historia de cada piedra y edificio, y con toda la riqueza arquitectónica de Barcelona. La casa Batlló es una maravilla universal», declara.

Guiones en la playa

Tarbet tiene diferentes lugares preferidos para estudiar sus guiones, y uno de ellos es la playa. «Suelo bajar pronto, me compro un café para llevar, y estudio el guión. Respiro bien y me siento nuevo. Estoy fuera de casa, pero como si estuviera en casa. Me encanta, sobre todo en invierno. En verano es otra cosa», precisa.«En verano bajo con un libro, leo unos 10 minutos, me baño y cuando empieza a llegar la gente, me voy»,dice.«Tengo la gran suerte de que la familia de mi pareja tiene casa en el Empordà, y ese es mi jardín, mi espacio fuera de la ciudad»,explica.

Precisamente en el Empordà, Andrew Tarbet rodará próximamente una película de Roger Gual, en la que el intérprete será protagonista.«Aquí me estoy haciendo un actor de verdad. Me siento feliz y disfruto trabajando con buenos profesionales como Cristina Genebat, Ivan Benet o Julio Manrique»,afirma el actor, que es un ejemplo de optimismo ante la crisis económica. Cuando él no tenía trabajo, ayudó a su amigo Gerard Argemí, dueño de un bar en la localidad de Gualta (Baix Empordà) a montar un festival de cortos, el Mas Sorrer, que los próximos 27, 28 y 29 de julio celebrará su séptima edición.«Una parte de la crisis te hace espabilar, y te enseña a valorar un huevo tanto como un pollo»,indica.«Yo he tenido muy poco miedo. Y tal vez sea el momento de dejar ir la imaginación, como lo están haciendo gente como David Selvas», reconoce. El ha escrito el guion deNo seas malo, una comedia inspirada en la crisis.