ANIVERSARIO DE UNA TRAGEDIA

Once años sin Isaac Gálvez

El ciclista catalán falleció en la madrugada del sábado al domingo 26 de noviembre del 2006 tras una caída en el velódromo de Gante

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Sergi López-Egea

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Hay imágenes de personas fallecidas que difícilmente se olvidan con el paso de los años. A Isaac Gálvez, quizá uno de los mejores velocistas de las últimas décadas surgido en la escuela ciclista catalana, se le recuerda paseando con aire despistado por las afueras del Novotel de Luxemburgo, en la parte alta de la ciudad. Era el Tour del 2006 y él había acudido con la intención de ganar un esprint. Y estuvo cerca de conseguirlo en la etapa que acabó en Saint Quentin, en Bretaña. Fue segundo por detrás de Robbie McEwen y por delante de Óscar Freire. Fue el Tour que ganó Óscar Pereiro, con casi un año de espera porque primero hubo que descalificar a Floyd Landis por doparse. Y fue también el Tour que empezó como si fuera el rosario de la Aurora, pero al revés. Todo patas arriba en Estrasburgo confeccionándose lista de sospechosos --a la calle-- por figurar en la siniestra lista de Eufemiano Fuentes y la operación Puerto.

Un grupo de periodistas había quedado para cenar y otro, que trabajaba como asesor de prensa de la Unión Europea en Luxemburgo, venía a recogerlos. Ajeno al mundo del ciclismo, al Tour, a la costumbre que tienes los corredores de pasear alrededor de los hoteles para bajar la cena, quien debía ser el guía de la comitiva de informadores lo invitó a subir al coche. "No. Él es corredor y no viene a cenar".

Pareja de Joan Llaneras

Nadie podía ni imaginar lo que iba a ocurrir unos meses más tarde en Gante; una más de las pruebas de velódromo a las que Gálvez, en compañía de su inseparable amigo Joan Llaneras, acostumbraban a acudir en época de otoño. Gálvez, que era uno más entre los corredores que José Miguel Echávarri y Eusebio Unzué habían llevado al Tour, sabía en aquella edición de la ronda francesa que su papel protagonista se acabaría mucho antes de que los picos montañosos dictasen sentencia en la prueba y mucho antes también de que su compañero Pereiro se escapase camino de Montélimar para acabar ganando el Tour meses después.

Corrió el Tour del 2006 y fue segundo en un esprint, en Bretaña

Hay otra imágen de Gálvez, mucho antes de incorporarse a la disciplina Echávarri-Unzué, cuando se hizo profesional con el conjunto Kelme. Una vez al año varias figuras españolas se reunían en Olost, un pueblo cercano a Vic, en el corazón de Barcelona, para disputar un critérium al que también acudían exdeportistas y periodistas. Todos compartían vestuario y hasta Gálvez podía hacerlo con Miguel Induráin y Pedro Delgado, ya retirados. El vestuario era el del campo municipal y Gálvez con golpes en las piernas se colocaba thrombocid y se daba una friega, antes de colocarse el coulote.

Victoria en la Volta

Gálvez también se le recordaba viéndole como iba avanzando poco a poco en los esprints. Tomaba riesgos, pero, ¿qué velocista no lo ha hecho o lo hace? Ganó en el 2004 una etapa en la Setmana Catalana, en su penúltima edición, y unos meses más tarde en la Volta. Por aquella época ya había sido una vez campeón del mundo, siempre con Llaneras, en la especialidad del Madison, la suya, en la que participan dos corredores tratando de ganar el mayor número de esprints y vueltas en el velódromo. También fue campeón del mundo en el 2006 y otras dos veces subcampeón.

Fue campeón del mundo de pista en dos ocasiones siempre con Llaneras como compañero 

De hecho, a pesar de los esprints que ganó en la carretera, en Almería, en el Alentejo, en Mallorca y en Francia, lo suyo siempre fue el velódromo. En el de Gante, cuando la noche del 25 de noviembre del 2006 ya invitaba al nuevo día, Gálvez solo pretendía conseguir alguna victoria más, un poco de botín por su participación y luego regresar feliz a Barcelona con su amigo Joan recordando en el viaje de vuelta las anécdotas de la competición. En Vilanova i la Geltrú, su ciudad, villa de ciclistas (de ahí es Celestino Prieto y también Marc Soler, quien por cierto creció como corredor en la escuela de Paco Gálvez, el padre de Isaac), lo estaba esperando su mujer, con quien se había casado poco antes. Su hermana Deborah también fue ciclista; el amor a un deporte transmitido por el padre.

De Fauw nunca superó el trauma

Dimitri de Fauw, un ciclista belga que participaba en la misma carrera de Gálvez, cruzó su bicicleta. Todo fue cuestión de segundos. Ambos saltaron por los aires, pero Isaac impactó con sus costillas contra las protecciones de la pista. Y ahí se quedó. Llaneras, destrozado, tanto que años después cuando se le recuerda a Isaac aún le saltan las lágrimas. De Fauw --solo fue un accidente deportivo, sin maldad-- nunca superó el trauma de haber provocado la caída letal y tres años más tarde se suicidó.

Hace 11 años tal día como hoy era sábado pero el amanecer del domingo 27 fue muy triste, en Gante, y poco después en toda Europa conforme se supo el accidente ocurrido en la Bélgica flamenca. Isaac tendría ahora 42 años.