CICLISMO

Sagan conquista su tercer Mundial consecutivo

El ciclista eslovaco se impone al esprint al noruego Kristoff, que corría en casa, y al australiano Michael Matthews

Peter Sagan saca la lengua en el podio del Mundial de Bergen, flanqueado por Alexander Kristoff (plata) y Michael Matthews (bronce).

Peter Sagan saca la lengua en el podio del Mundial de Bergen, flanqueado por Alexander Kristoff (plata) y Michael Matthews (bronce). / periodico

Asier Jiménez Larzábal / Bergen

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Se esperaba un final de infarto este domingo en la prueba de ruta del Mundial de Bergen y la televisión noruega puso de su parte al perder la señal a 3 kilómetros del final, cuando el grupo de favoritos perseguía al escapado Julian Alaphilippe. Tres angustiosos minutos con la imagen fija del arco del último kilómetro, con la historia esperando a Peter Sagan en la curva de entrada a Festplassen. Apareció el pelotón lanzado, sentenciado el esprint, y tras 267,5 kilómetros solo el héroe local Alexander Kristoff pudo inquietar al héroe global, al villano más querido del pelotón, la rockstar del ciclismo, capaz de hacer lo que nadie había logrado: conseguir tres maillots arcoíris consecutivos.

El tercer oro sitúa al eslovaco, con solo 27 años, a la altura de Alfredo Binda, Rik van Steenbergen, Eddy Merckx y Óscar Freire. Nadie los ganó como él, monopolizando la prenda durante tres años seguidos, venciendo en tres continentes (Richmond-2015, Doha-2016 y Bergen 2017) en recorridos totalmente diferentes, luchando sin equipo contra velocistas y clasicómanos. Sagan no solo entrará en la historia por crear escuela con su estilo valiente e irreverente, sino que lo hará como el dominador de una época.

Dedicado a Scarponi

«Pido perdón a Kristoff por haberle batido ante su público, pero así son los esprints», bromeó el campeón, que después se puso serio. «Quiero dedicar esta victoria a un gran amigo, Michele Scarponi, que mañana [por el lunes] habría celebrado su cumpleaños. Era un campeón y quiero acordarme de su mujer y su familia», dijo en recuerdo del ciclista italiano, atropellado mientras entrenaba el pasado mes de abril. «Y también de mi mujer, Katarina, que espera a nuestro primer hijo. ¡Es un gran año!», añadió.

La principal escapada del Mundial contó con la presencia del catalán David de la Cruz, que junto al holandés Lars Boom y el belga Tim Wellens, entre otros, trató de poner contra las cuerdas al pelotón, pero la ventaja nunca superó el minuto y fueron absorbidos a 29 kilómetros de meta.

A partir de ese momento, la locura se apoderó del pelotón. Corredores como Dumoulin, Colbrelli, Boasson Hagen, Langeveld, Gallopin y el mallorquín Lluís Mas fueron demarrando hasta que a falta de 10,5 kilómetros, Alaphilippe lanzó un durísimo ataque al que solo pudo salir la joven promesa italiana Gianni Moscon. Ambos hicieron camino y se entendieron bien hasta la llegada al pavé, cerca de la entrada de Fløibannen. Aprovechando un ligero tramo ascendente, el francés rompió la colaboración. Por detrás se organizó la caza, con Dinamarca muy atenta, y una vez consumada lo volvieron a intentar otros como Kiryenka y Cort Nielsen.

Pero a 500 metros de meta el pelotón entró en la última curva en cabeza y organizado para el sprint. Sagan y Kristoff lucharon por el arcoíris (25 centímetros les separaron) y el australiano Michael Matthews se colgó un bronce que le supo a poco.

España, sin opciones

Jonathan Castroviejo (31º) fue el mejor clasificado de una escuadra española sin representación en el grupo cabecero de 29 unidades y que, según el propio seleccionador, Javier Mínguez, no tenía posibilidades reales. «Opciones de medalla al sprint no había, punto final. Teníamos opciones de meter a alguien en un grupo, pero ha habido una caída y contra eso no puedes hacer nada», dijo en referencia a una montonera que afectó a Rojas, Herrada y De la Cruz.