LA JORNADA DE DESCANSO DE LA VUELTA

Mikel Landa, ciclista y mecenas

El corredor alavés se lanza a salvar la cantera vasca para que el ciclismo de base no muera

Mikel Landa

Mikel Landa / periodico

Sergi López-Egea

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Mikel Landa visita a la Vuelta a España que descansa (es un decir) en Logroño, tras un traslado casi a contrarreloj desde Granada. Y acude, aunque no corra la prueba, para anunciar que su labor hacia el ciclismo va más allá de dar pedales, subir montañas y tratar de ganar carreras como el Tour o como el Giro, prueba de la que sigue diciendo que le encanta más que la ronda francesa. Ya tendrá tiempo Eusebio Unzué, máximo responsable del Movistar, su futuro equipo, en convencerlo para que cambie de opinión.

Landa es desde hace unas semanas el presidente de la Fundación Euskadi, la escuela, equipo, proyecto, todo, que mueve las bases ciclistas en el País Vasco, de donde surgió el desaparecido conjunto Euskaltel y donde crecieron los mejores profesionales vascos. Él es en la actualidad el mayor exponente. No había dinero y la escuela vasca iba a morir, el proyecto que hace casi 25 años nació de la mano de Miguel Madariaga, luego mánager del Euskaltel, quien creó en 1993 una fundación por suscripción popular para que  los chavales del País Vasco pudieran disputar un día con sus camisetas naranjas el Tour.

Contador, Valverde y Maté

"El ciclismo de base está tocado de muerte si no entran personas como Landa para salvarlo", se queja MadariagaLanda, de hecho, ha sido el último mecenas, porque Alberto Contador sacará el año que viene equipo continental, lo que comparado al fútbol sería un conjunto de la Segunda División B. Pero por ahí se empieza, como Alejandro Valverde que apadrina al mejor equipo de promesas de Murcia. Y sin olvidar tampoco a Luis Ángel Maté, el corredor andaluz del Cofidis, que dirige la escuela de corredores con sede en Marbella que está considerada como el mejor canal para la creación de futuros ciclistas en Andalucía.

No hay dinero. O no se quiere invertir. Desde hace años los gobiernos autónomos que patrocinaban equipos profesionales en el País Vasco, en València y en Andalucía cerraron el grifo y no llegó el recambio de la inversión privada. En España solo hay un equipo en la categoría World Tour (el Movistar donde Landa espera triunfar en el 2018) y el Caja Rural en la segunda categoría, conjunto que busca desesperadamente cada día poder triunfar en una escapada durante esta Vuelta dominada por Chris Froome.

"No podía mirar a otro lado"

"El ciclismo de base en Euskadi se moría y yo no podía mirar hacia otro lado". Así lo explicó Landa que se enteró de la caótica situación el mismo día de la contrarreloj final del Tour. El año que viene Contador se pondrá muchos días de copiloto para su fundiación que correrá  varias rondas por etapas en España. Valverde tiene movilizada a su familia en Murcia y cuando puede –ahora no que se recupera de su lesión– se lanza a la carretera para entrenar con sus chicos. Enric Mas, por ejemplo, la gran promesa mallorquina, surgió de la academia de Contador.

O lo hacen ellos. O esto se muere. Así de claro. El dinero de las empresas no llega y, encima, los padres tienen miedo a lanzar a sus hijos a la selva de la carretera.

La hora de la contrarreloj de la Vuelta

Landa se va de Logroño. Sonríe y dice que le agradaría poder subir mañana a Los Machucos, la increíble cuesta que recibe a los ciclistas en Cantabria. Pero antes llega la contrarreloj de Logroño, 40 kilómetros que le van a Froome como anillo al dedo para ampliar diferencias en la general, antes de afrontar la salvaje cuesta de Cantabria y el sábado el Angliru en su máxima exigencia. Landa lo verá por la televisión. Ya solo le queda el Giro de Lombardía, en octubre, para despedirse del Sky.