TENÍA 37 AÑOS

Una furgoneta se lleva la vida del ciclista italiano Michele Scarponi

Tenía 37 años y acababa de llegar a su casa tras disputar el Giro de los Alpes donde preparaba la ronda italiana que ganó en el 2011

Michele Scarponi

Michele Scarponi / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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Cuando se muere un ciclista profesional se hiela el corazón y si se le conoce surgen imágenes de él, como pequeñas fotos, como un recuerdo de etapas, de días en los que el destino hacía coincidir con un corredor, en este caso Michele Scarponi, del que era difícil escuchar una palabra mal sonante por parte de un compañero suyo en el pelotón.

Entendía un poco el castellano porque se pasó unas temporadas en el Liberty Seguros, en la época de Manolo Saiz como director, y con 37 años seguía manteniendo la ilusión del ciclista que se resiste y hasta demuestra que los años no le pasan, que sigue plantando cara a los jóvenes y hasta permitirse el lujo de que su equipo, uno de los más potentes, el Astana, lo designe como jefe de filas para disputar el Giro 2017.

ATROPELLADO POR UNA FURGONETA

Allí no estará 'Scarpa' como todos lo conocían en el pelotón. Este sábado, a las 8 de la mañana, una furgoneta se lo llevó por delante. A estas horas todavía se desconoce qué ha pasado, pero siempre, el más débil, el ciclista, su familia, sus hijos (en este caso dos pequeños gemelos), son los que sufren las consecuencias. 'Scarpa', el ciclista de la eterna sonrisa ya no podrá obsequiar con su simpatía al resto de corredores profesionales. Ni a los periodistas, a los que nunca desatendió, dándole igual la nacionalidad, si eran italianos, como él, o extranjeros, de los que sabía que en muchas ocasiones le preguntaban sabiendo que deseaban que fallase en la etapa para que el corredor del país se llevara la victoria.

'Scarpa' había corrido esta semana el Giro de los Alpes, antes llamado Giro del Trentino, donde tras varias temporadas en blanco se había vuelto a reencontrar con la victoria y hasta se había vestido de líder. Su último tuit, puesto la noche del viernes, recogía su imagen mientras jugaba con sus gemelos, montados encima suyo; él como si fuera un caballito y los niños con el 'maillot' de líder de la prueba italiana.

Tampoco podrá volver a salir con su loro, con 'Frankjie', de su pueblo, de Filattrano, cercano a Ancona. El pájaro es de un vecino, pero de hecho de toda la localidad. 'Frankjie' lo esperaba y  volaba a su alrededor mientras 'Scarpa' pedaleaba, todos los días, todas las mañanas, hasta este sábado...

LA ESCENA DE MONTJUÏC

Se le recuerda en Montjuïc sonriente porque el último día se había colado en el podio de la Volta para acabar la ronda catalana en segunda posición. Aguardaba detrás del podio, a la espera de que llegase Alberto Contador, el triunfador. No sabía 'Scarpa' que aquella segunda plaza, unos meses más tarde, lo reconfortaría con la victoria en la Volta, después de que el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) decidiera anular todos los resultados deportivos del ciclista madrileño conseguidos en el 2011, a consecuencia del tristemente famoso 'solomillo' de Pau. Por idéntica razón, Scarponi, segundo en la clasificación final del Giro de aquel año, fue reconocido un año más tarde como triunfador de la ronda italiana, su mayor éxito deportivo.

Ya no sonreirá más. Un sábado primaveral se llenó de nubes. 'Frankjie', su loro, volará en la soledad por las campiñas italianas. En el ciclismo se mueren los practicantes, cicloturistas anónimos atropellados por los coches. Y, de vez en cuando, los famosos, como 'Scarpa'. La carretera es un peligro. Demasiadas muertes, demasiados ciclistas conocidos. Y desconocidos.