entrevista con el Periodista y escritor, nacido en Besalú

Martí Gironell: «En Besalú siempre hay lugar para un paréntesis»

Escenario de historia y de novela 8Martí Gironell, junto al Pont dels Jueus, de su pueblo, Besalú.

Escenario de historia y de novela 8Martí Gironell, junto al Pont dels Jueus, de su pueblo, Besalú.

CARME ESCALES / Barcelona

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Las novelas de Martí Gironell El Pont dels Jueus y La venjança del bandoler, ambas publicadas por Columna, convirtieron al periodista, presentador de la información del tránsito, en la actualidad, enEls Matins de TV-3, en un embajador de la Garrotxa y de su pueblo, Besalú. Embajador y también cicerone, pues cada primer fin de semana de septiembre, Martí Gironell guía un paseo por el Besalú medieval. Libro en mano.

-De todas las historias que descubren sus libros, ¿hay alguna que le guste de manera especial?

-A parte de la historia del constructor de El Pont dels Jueus, me gusta mucho y, siempre la explico, la historia de Boquica, el bandoleroCaragiradaque protagoniza mi segunda novela,La venjança del bandoler. Vale mucho la pena porque ayuda a ver una Garrotxa auténtica y salvaje, la que sufrió la guerra del francés.

-Le atrae la historia.

-Me gusta saber lo que pasó en un lugar cuando nosotros aún no estábamos. Las novelas me permiten recuperar y revivir momentos únicos y compartirlos con los lectores que me quieran acompañar hacia esos rincones de la historia. Me atrae el hecho de poder saber cómo vivíamos, qué hacíamos, cómo nos relacionábamos... En definitiva, intentar entender un poco más y mejor cómo somos y qué hacemos.

-¿Cuáles son sus primeros recuerdos de Besalú?

-¡Ui, tengo muchos! Ninguno que pueda considerar como el primero, pero guardo recuerdos de todas las épocas de mi vida, desde la época escolar, cuando íbamos, en verano, a construir cabañas al bosque, hasta hace cuatro días, con los primeros visitantes que surgieron del éxito deEl Pont dels Jueus,por ejemplo.

-¿Qué es lo que más valora de Besalú en la actualidad?

-Que aquí me encuentro como en casa. En Besalú experimento aquella sensación de bienestar, de tranquilidad, de paz, de comodidad que se respira cuando estás en tu casa, con tu gente y tus cosas. Eso es lo que recupero cada vez que vuelvo a él, porque ahora vivo en Vilablareix, un pequeño pueblo cerca de Girona.

-Además de sus vestigios medievales, ¿qué otros atractivos tiene el pueblo de Besalú?

-La procesión de los Dolors y la Fira de la Forja i el Ferro, que tienen lugar en Semana Santa, una época en la que se pueden degustar los bunyols y la ratafía que se hacen en Besalú. También merecen una escapada los embutidos y la cocina de montaña y de payés, y poder escuchar y bailar sardanas en la plaza del pueblo durante la fiesta mayor, en honor a Sant Prim y Sant Felicià. Este año se celebra -coincidiendo con la Mercè- del 21 al 24 de septiembre.

-¿Cómo son los garrotxins?

-La tierra áspera y salvaje de la Garrotxa da la clave para entender cómo es el garrotxí. Quien ha nacido y vive aquí puede parecer, de entrada, duro, cerrado y rudo, pero una vez se nos conoce, somos de buena pasta, de trato fácil y abiertos.

-¿Qué suele hacer en Besalú?

-Me gusta ir, con mi mujer y mi hijo, a pasear por la zona del puente viejo y, si no hay mesa en la tetería de El 10 del Pont, junto a los baños judíos, seguro que la encontramos en la plaza, en Miqwahs o en el Curia Reial, donde nos tomamos un café o una cerveza. En Besalú siempre hay un lugar para hacer un paréntesis, una pausa para, después, continuar.