Lunes, 28 de marzo del 2011 Manuel Fernández López (Barcelona)

La reducción de horas de quirófano en la sanidad pública atenta contra los derechos fundamentales de los ciudadanos, y supone incumplir la ley sobre listas de espera. Una vez más, los gobernantes incumplen las leyes, del mismo modo que lo hacen cuando dan cobijo a nuestros hijos en barracones escolares, o cuando incumplen la ley de dependencia con los más necesitados. Mientras aprueban medidas de esta naturaleza, continúan montados en la alfombra roja de la abundancia, sin ni siquiera plantear una mínima revisión de sus privilegios. La sociedad debe exigirles que reconozcan sus excesos, que reduzcan el derroche y asuman una porción de la crisis, y qué mejor manera que suprimiendo buena parte de los miles de escaños y cargos electos en las distintas administraciones. El ahorro económico de esta medida sería superior al que genera el cierre de quirófanos; al fin y al cabo, los escaños acostumbran a estar vacíos.

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