Lunes, 19 de septiembre del 2011 Sagrario Alía Ramírez (Barcelona)

¿Primum non nocere¿ (¿Lo primero es no hacer daño¿). Eso me remarcaron durante la carrera de Medicina y eso me ha acompañado durante los 20 años de médico del sector público. Es una lástima que este principio no se aplique en otras profesiones: nos ahorraríamos el dolor de algunas decisiones gubernamentales que no tienen en cuenta la voz de miles de ciudadanos. Las consecuencias de los recortes en la sanidad eran, desgraciadamente, previsibles. No le falta razón al Govern cuando garantiza que nadie quedará desatendido, ya que cuenta con la buena voluntad demostrada por los profesionales sanitarios. Pero dónde, cómo y cuando, mejor no concretar. Este sacrificio y esfuerzo nos saldrá mucho más caro en el futuro. Muchos catalanes preferiríamos un copago justo antes de la privatización o la caída en la UCI de nuestra sanidad. Estamos copiando modelos económicos de países que siguen cuesta abajo, y sin embargo, qué poco tenemos en cuenta otros como Islandia, que, con diferentes estrategias, están consiguiendo aumentar sus recursos, evitando dañar a los ciudadanos. De momento, las medidas adoptadas nos harán más pobres y más enfermos. Qué pena que no se tenga presente que lo primero es no hacer daño.

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