Nada es comparable con el amor que se desprende de la quinta planta del Hospital General de Granollers. Es increíble la infinidad de historias que ocultan las paredes de las habitaciones de los hospitales. Cada vez que entro en una de ellas es como si me sumergiera en un mundo diferente; no hay dos habitaciones iguales. Los olores, las personas, los colores, los objetos y los sentimientos son distintos. La quinta planta es un lugar donde la gente sufre dolor físico, y algunos, dolor afectivo. Se habla de que el Departament de Salut tiene menos recursos económicos, lo que implica el cierre de quirófanos, plantas, recortes de sueldos y baja contratación de nuevo personal. Todo parece indicar una catástrofe, pero, aun así, la profesionalidad no desiste, las ganas, el esfuerzo y la empatía siguen siendo la primera opción para muchas enfermeras y auxiliares. En un momento tan delicado como este los profesionales que siguen creyendo en el trato humano merecen un reconocimiento, una felicitación para no darse por vencidos.
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