Viernes, 21 de octubre del 2011 Toni Marcilla Silvero (Terrassa)

Asegurar el suministro de medicamentos para noviembre por parte de cualquier pensionista que vaya a una farmacia es, a estas alturas, harto difícil. Garantizar la existencia de medicinas será una pirueta sin red entre farmacéuticos y bancos para conseguir el dinero necesario para pagarlos. Resulta que el dinero destinado a financiar el gasto que ya ha hecho el farmacéutico para comprar las medicinas que se dispensan sin costo al usuario ha desaparecido; se ha volatilizado. Ahora, quienes están retrasando los pagos nos piden a los farmacéuticos que asumamos la responsabilidad en la cadena de servicio sanitario que prestamos, que nos rasquemos el bolsillo a ver si queda algo para comprar remedios que regalaremos en los próximos meses o, si no, que pidamos un crédito para poder seguir dando medicamentos gratuitamente. La cuestión es que la Generalitat nos dice: no te devolveré el gasto de los medicamentos que tú ya has pagado, no te olvides de que tienes que seguir prestando un servicio; no me importa que no tengas un duro, busca el dinero como sea, y yo (la Administración catalana, se entiende), mientras, calcularé cuántos meses se puede alargar la situación sin hacer mucho ruido, cuánta gente se irá a la calle sin que la tasa de paro en Catalunya suba demasiado en referencia a la de cualquier comunidad española y, si al final todo se tuerce, ya os haré un ingreso del tanto por ciento que se me ocurra para "ayudar" al gasto que ya hicisteis hace tres meses y lo vestiré de compromiso y de buena gestión para las próximas elecciones. ¿A qué estamos jugando? ¿De qué sirve un Govern que no garantiza un derecho básico? ¿Acaso puedo decirle yo a un pensionista que vuelva a buscar su Metformina dentro de tres meses, cuando me paguen a mí para poder comprarla? Basta de este discursito rancio de los llantos en Madrid y las manitas para aprobar presupuestos; el único presupuesto que se ha de arreglar es el de aquí. ¿Dónde está el dinero? ¿En qué se ha gastado? ¿Cuánto tiempo tardaremos en solucionar el problema? ¿Cuántas farmacias tendrán que cerrar? ¿Cuántos trabajadores nos quedaremos en la calle? ¿Cuántos pensionistas se quedarán sin medicación?

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