Como se esperaba, la comparecencia de Artur Mas en el Parlament ha servido para aclarar poco o nada sobre el famoso 3%. El ‘president’ ha utilizado la vieja técnica victimista de Jordi Pujol, eludiendo las explicaciones de fondo. Ya se sabe: investigar la corrupción de CiU es un inadmisible ataque a Catalunya. Me pregunto si la detención de Rodrigo Rato el pasado abril, un mes antes de las elecciones municipales, fue también un ataque del Estado contra el PP. O si las detenciones de los encausados por los ERE andaluces son un malévolo ataque a Andalucía. Es lamentable constatar que han pasado tres décadas desde el ‘caso Banca Catalana’ y los dirigentes del nacionalismo catalán siguen repitiendo los mismos mantras y desviando la atención de la misma manera.
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