Voy a Sant Celoni en transporte público. En la estación de Liceu detrás mío pasa un chico sin pagar. Bajará igual que yo en Passeig de Gràcia, donde subirá a Rodalies por el acceso abierto y sin control mientras yo valido el billete que acabo de comprar por 4,90 euros. Coge el mismo tren y se sienta delante mío. A mi izquierda, cinco chicas que subieron en el Clot preparan la excusa por si aparece un revisor que nunca se presentará. El chico y yo bajaremos en la misma parada con la diferencia de que yo me siento un poco tonto tras haber gastado siete euros. ¿He dicho que me cuesta llegar a fin de mes?
Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí
Envía una carta del lector, opina sobre la actualidad y haznos llegar testimonios, denuncias y sugerencias para publicar en la edición impresa y en la web.
MOVILIDAD - Alessandro Malfatti (Barcelona)
SERVEIS - Enric Alfonso (Salou)
BARCELONA - José María Mateo (Santa Coloma)
ACTUALIDAD - Pablo Fuentes (Valladolid)
POLÍTICA - Antoni Tort (Barcelona)