Leo en los medios de comunicación que muchos empresarios agrícolas europeos están aprovechando la continua llegada de inmigrantes y refugiados a sus costas para explotarlos en sus tierras. Estas personas recorren centenares de kilómetros cada día, trabajan a más de 50 grados en largas jornadas y cobran entre dos y cuatro euros la hora. La prensa italiana recoge varios casos de personas que han muerto a consecuencia de esas duras y extensas jornadas laborales. ¿Por qué no se emplea apropiadamente a esas personas en bien de la sociedad? Soy discapacitado y pertenezco a la tercera edad. Por mi pensión no cumplo los requisitos para recibir una ayuda de la ley de dependencia (que de poco sirve). ¿Y si el Gobierno enviase a refugiados para cuidar de los dependientes y personas mayores, como se hizo en su día con los objetores de conciencia? Se les podría compensar con una sencilla paga teniendo en cuenta que dispondrían de alojamiento, comida, ropa... Y aprenderían un idioma para su posterior integración en el mundo laboral.
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