Domingo, 17 de mayo del 2015 Llúcia Naspleda (Barcelona)

Conozco a afectados de sensibilidad química múltiple (SQM), fibromialgia y fatiga crónica, entre ellos mi hija. Enfermedades estas denominadas raras, o sea, poco conocidas y menos investigadas. Enfermedades invalidantes, agotadoras, dolorosas, depresoras del sistema inmunitario (los enfermos son víctimas de otras patologías asociadas o no, se les perjudica la visión y la capacidad cognitiva), no hay tratamiento conocido (la medicación es de contención o paliativa) y, por tanto, son crónicas, con lo que aparece el desánimo y la depresión. Este escrito es para pedir que se investiguen más estas enfermedades o que una nueva Marató de TV-3 se implique en ello, y para que se hable más de estas dolencias y se conozca que el número de afectados aumenta. La razón de este aumento es la toxicidad que nos rodea y de la que no somos conscientes. Y, por tanto, pido que se reduzcan al máximo, en la fabricación de muchos productos, el uso de derivados del petróleo. Esto, también, frenaría el incremento de otras enfermedades. Asimismo, quisiera pedir a los fabricantes de productos de limpieza, ambientadores, cosmética... que no incorporen perfumes y aromas aún más duraderos y penetrantes. Esto no sirve para nada y solo aumenta los perjuicios para la salud de todo el mundo y, en particular, la de los antes mencionados; lo que deberían hacer es reducirlos al máximo.
Y pido a los consumidores que discriminen, que no se dejen engañar por productos milagrosos porque no los llevarán al paraíso, solo les vaciarán los bolsillos y llenarán de tóxicos sus hogares.

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