Todos hemos seguido la evolución de Teresa Romero, que finalmente ha vencido a la enfermedad. Pero su lucha no ha acabado: ahora deberá afrontar su vuelta al mundo real. No solo se ha debatido entre la vida y la muerte, sino que sus familiares y amigos han tenido que escuchar que ella era la causante de la situación al haber roto el protocolo de seguridad. Que la sanidad pública española no pasa por su mejor momento no es un secreto, y difícilmente los hospitales pueden estar preparados para enfrentarse a un virus de tal magnitud. Estoy seguro de que, ahora que irá recobrando las fuerzas, Teresa invertirá algunas en luchar contra los verdaderos responsables, empezando por el consejero Javier Rodríguez y la ministra Ana Mato. ¡Ánimo, Teresa!
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