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SOBERANISMO

Tendréis que hacerlo por las malas

Sábado, 22 de noviembre del 2014 Miquel R. Quiñones (Madrid)

Señores Mas y Junqueras: En los últimos tiempos me han hecho ustedes pensar mucho y he decidido tomarme el atrevimiento de escribirles  esta carta para que vean hasta qué punto les comprendo y les aprecio.
Si no estoy equivocado, ustedes creen y sienten que forman parte de una nación, Catalunya, que no puede estar constituida en un Estado independiente porque una potencia extranjera, España,  se lo impide. Y siendo esto así actúan en consecuencia.  Yo lo comprendo. Si yo hubiese tenido unos padres como los suyos, unos profesores  como los suyos, me hubiesen enseñado la historia que ustedes han estudiado y tuviese unos medios de comunicación como los suyos, yo pensaría y sentiría lo mismo que ustedes, y actuaría en consecuencia, como ustedes.
Pero, verán, como yo no he tenido ni vuestros padres, ni vuestros profesores, ni vuestros medios ni he estudiado la misma historia, pienso y siento otra cosa. Yo pienso y siento que pertenezco a una nación, por cierto muy antigua, que está constituida actualmente en un Estado que le llaman de Las Autonomías, y que se estableció así en su última y vigente Constitución, entre otras cosas para dar satisfacción a ciertas regiones que reivindicaban una singularidad y personalidad específicas.
Y esa nación, que para mí es  sagrada, aun consciente y sabedor de sus grandezas y miserias a lo largo de la Historia, como cualquier otra nación, dicho sea de paso, va desde  los Pirineos hasta el Estrecho de Gibraltar, incluyendo un par de archipiélagos . Esa nación para mí  se llama España y engloba todas y cada una de sus autonomías, y yo siento por ella, por lo menos, tanto fervor como vosotros podáis sentir por la que creéis  que es la vuestra. Y  yo estoy dispuesto a hacer por que mi nación no se rompa y desaparezca tanto o más de lo que ustedes estén dispuestos a hacer para que la suya cree su propio Estado. Creo que esto, ustedes lo pueden comprender.
Siendo así las cosas, es evidente que entre ustedes y yo hay un problema. Yo quisiera darles un consejo,  aunque solo sea porque de tanto verles en la tele ya les tengo cierto aprecio.  Mire,  cuando algunos políticos tontuelos les cuenten eso de cambiar la Constitución, de hacer un Estado Federal, de que Rajoy es un inmovilista que no se sienta a dialogar y debería hacerlo, etcétera, no les hagan caso.  Solo quieren engañarles, aprovechándose de su buena voluntad. Nunca, nunca, ni yo ni mis amigos, aproximadamente unos cuarenta millones, vamos a consentir por las buenas que nuestra nación se rompa. Ni con esta Constitución, ni con ninguna otra Constitución, ni con Federalismo ni sin él, ni con asimetría ni con curvas asintóticas. 
Olvídense. Intenten relajarse, tomarse una tila y procurar ser lo más felices posible. No se amarguen la vida, no merece la pena. Tienen ustedes mucho que disfrutar y la vida son dos días, no los malgasten.
Tienen otra solución, no me negarán que trato de ayudarles. Si su amor profundo y sin medida a lo que consideran su patria no les permite hacer caso a mi primera y desinteresada recomendación,  y sabedores como ya son de que por las buenas no hay manera -por la patria se da la vida si hace falta-, hay que ir por las malas. Y aquí se acabó la historia. Declaren su independencia, qué menos merece una patria, den 48 horas a todo funcionario español, policías, guardias civiles, militares, jueces, fiscales, profesores... que no acaten la soberanía catalana única para que se pongan en la frontera y se larguen a su país. Tampoco estoy diciendo nada del otro mundo, Junqueras es partidario, a usted, señor Mas, le veo como más timidillo, aunque últimamente ha mejorado bastante con eso de "a mí la Fiscalía", que me recordaba a Millán Astray.
En fin, señores, yo no les puedo decir más. Háganme caso, que tengo información buena, buena. O resignación,  vida feliz y buenos alimentos, o, como por las buenas debe perderse toda esperanza, ¡a por las malas, tipo Companys! De todas formas, ¿qué podemos hacer unos millones de desarrapados y tercermundistas españolazos contra la belleza inmarcesible y la inteligencia y la astucia catalana? 



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