Una vez más continuamos con las desproporcionadas subidas del precio de la electricidad, la más cara de Europa por detrás de Chipre e Irlanda. Ahora toca un 3,2% no sustentado en el alza de las materias primas. Solo nos queda pensar en cifras precocinadas de las empresas del sector para justificar un supuesto desfase, nunca auditado por el Estado, entre lo que pagamos y lo que cuesta producir la energía. En eso supongo que debemos computar también los sueldos que perciben José María Aznar, Felipe González, Ángel Acebes, Pedro Solbes, Elena Salgado o Javier Solana. En esta tomadura de pelo a la que se ha sumado el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, obviamos que cada vez que aumenta el precio de la electricidad las empresas del país son menos competitivas y que esta subida repercute en todos los productos y servicios, con lo cual se agudiza la precariedad de las familias. Ministro Soria, el problema no es tarifario.
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