En Europa se construyen inmensos muros que permiten a los países de la UE limitar la inmigración clandestina pero no detenerla. Estas personas solo buscan dignidad, tal vez la misma que siento yo cada mañana cuando abro el grifo de la ducha y contemplo cómo mana el agua. Las guerras tan cercanas a Europa (Siria, Irak, Libia o Sudán) las han creado los mismos países que tachan a estas personas de "cuotas". Me avergüenza. ¿Por qué hemos perdido la humanidad? Las guerras y el hambre convierten el sur del Mediterráneo y Oriente Próximo en un volcán en erupción. Europa es un continente retrógrado, insolidario, envejecido y asustado por la crisis al que se le escapa de las manos la inmigración. Recomiendo a los dirigentes que recuerden las últimas guerras que hemos sufrido los europeos y sus consecuencias. En un mundo globalizado no creo que la inmigración deba ser vista como una amenaza o un problema . Necesitamos más pedagogía y políticas económicas, sociales y culturales específicas para evitar la aparición de partidos xenófobos. Muchas veces, en la crítica a la inmigración no se esconde el racismo sino el clasismo. A un musulmán rico de Dubái lo llamamos "árabe"; uno sin un duro que salta la valla de Melilla es un "moro". No debe olvidar Europa que se ha enriquecido gracias a explotar los recursos de los países de origen de las personas inmigrantes (sobre todo en la época colonial) No existen muros suficientemente altos para detener al que huye del hambre, la pobreza y la muerte.
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