Jueves, 6 de junio del 2013 Mireya Alba (Barcelona)

El pasado martes, explicaban en las noticias que muchos estudiantes no se presentarán este año a las pruebas de selectividad porque, con sus padres en paro o cobrando prestaciones mínimas, no pueden pagar los 100 euros que cuestan las tasas. Y yo me pregunto, en estos casos, ¿no bastaría con eximirlos del pago? Lo mismo se aplica a las matrículas universitarias. ¿Se va a permitir que esos chicos no puedan optar a formarse para su futuro porque no pueden pagar el acceso a esa enseñanza supuestamente gratuita? Debería hacerse lo posible para que todos los jóvenes que demostraran una situación económica familiar así no se viesen privados de estudiar. Y en el caso de que nuestro Gobierno piense que esto es una quimera y un gasto público inasumible, me gustaría saber si alguna organización o entidad con infraestructura suficiente podría crear una bolsa de apadrinamiento de estudiantes: familias que se hagan cargo de las tasas de un joven. Creo que muchas familias con hijos que ahora preparan la selectividad estarían dispuestas a pagar las tasas de otro alumno e incluso parte de las matrículas del curso hasta que su familia remonte y se pueda hacer cargo por sí mismas.

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