Soy una persona con discapacidad y movilidad reducida. Los días 21 y 22 de agosto fui al pabellón olímpico de Badalona a ver a la selección española de baloncesto. Disfruté muchísimo, pero hubo algunas cosas que me dejaron un mal sabor de boca. La primera es que no hubiera ningún lugar habilitado para que las personas con discapacidad o movilidad reducida pudiéramos aparcar; en todo el pabellón, con capacidad para unas 12.000 personas, hay dos plazas de aparcamiento reservadas, por lo que se nos aconsejó aparcar en un centro comercial muy próximo. Mi sorpresa más grande fue en los alrededores del pabellón se había habilitado una zona de aparcamiento para autoridades donde cabían muchísimos coches, para personas que no tienen problemas para caminar. La segunda fue la poca accesibilidad que tiene el pabellón de Badalona para poder entrar en él personas con movilidad reducida.
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