Viernes, 25 de julio del 2014 M. S. Noferini (Vic)

En estos tiempos de recortes son muchas las veces que hemos oído que los recortes en sanidad no habían repercutido en la calidad del servicio, pero esto no es así. Se cierran quirófanos, se cierran consultas, hay menos camas disponibles en los hospitales públicos, se sobrecarga de trabajo a los profesionales del sector y se eternizan las listas de espera. Hay veces que incluso para poder ser atendido por el médico de cabecera debes esperar una semana. Hace unas semanas, ante las terribles consecuencias de no descansar bien, decidí visitar a mi médico de cabecera, el cual me diagnosticó un posible problema de apneas del sueño. Para poder confirmarlo me indicó que debía solicitar hora para el neumólogo, cosa que hice al salir de su consulta. Me dieron cita para el 15 de enero del próximo año. He de esperar seis meses para que simplemente me diagnostiquen si los problemas que arrastro son o no efecto de un mal descanso producido por las denominadas apneas del sueño. Hasta la fecha en cuestión deberé continuar sufriendo mis problemas de sueño, cansancio, cefaleas, y las consecuencias que ello me ocasiona en mi carácter y en mi rendimiento laboral porque en mi ciudad, Vic, el médico especialista está sobresaturado de trabajo. Gracias, señores Mas, Ruiz, Rajoy, señora Mato y a todos aquellos que con el pretexto de la crisis han puesto su granito de arena para cargarse la sanidad pública, privatizarla y ponerla en manos de poderosos consorcios privados, gestionados en algunos casos por sus amigos o familiares.

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