Lunes, 30 de marzo del 2015 Júlia Salazar (Vilanova i la Geltrú)

Hace unos días, mi marido sintió un dolor que le hizo pensar que estaba sufriendo un infarto, ya que tenía antecedentes. La ambulancia tardó 15 minutos escasos en llegar. El equipo del servicio de emergencias le atendió rápidamente y, una vez confirmado el diagnóstico (infarto), actuó con diligencia, profesionalidad y humanidad. Le prepararon para llevarlo al Hospital de Bellvitge, e hicieron las gestiones oportunas para que al llegar estuviera todo listo para atenderlo dada la gravedad de su estado. Una vez estabilizado, lo trasladaron al Hospital de Sant Camil, donde pasó unas horas en la uci y después lo subieron a planta. Es su trabajo, sí, pero hay muchas maneras de hacerlo. Tenemos la costumbre de denunciar públicamente lo que no funciona bien y de dar las gracias solo en privado cuando nos sentimos bien tratados.

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