Jueves, 7 de mayo del 2015 David J. Garcia (L¿Hospitalet de Llobregat)

¿Valen todas las vidas lo mismo? Seguramente, si respondiéramos con sinceridad y sin un decálogo de buen ciudadano, diríamos que no. Limitar los derechos (y deberes) de un ciudadano es infravalorarlo. Mientras los bancos de sangre se vacían porque no hay donantes, la UE muestra una realidad que quizá pasa desapercibida: los homosexuales no pueden donar sangre. Solo Italia, Portugal y España no hacen una criba de donantes primero por tendencia sexual y segundo mediante análisis. Según diversos estudios, el 40% de los hombres ha tenido alguna relación homosexual, aunque solo el 10% es oficialmente gay. ¿Desecharía usted a un 30% de donantes por una noche de locura? ¿O empezamos ya con las excepciones? Como ciudadano no me indigna la discriminación, sino la base científica y médica y los estudios que se ignoran para tomar este tipo de decisiones. 

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