"El Caudillo se calla" es su título de portada. Venezuela, quizá, no sea un país perfecto, quizá Chávez no sea el paradigma de la democracia, según los cánones occidentales y del primer mundo. Pero a nadie se le puede escapar que conseguir la alfabetización del 95% de los niños de un país, y acercar la sanidad pública y de calidad a toda la población, cuando antes de su llegada los niños sin documentación no podían ir a escuela, y los mestizos eran ciudadanos de segunda o tercera para los servicios públicos, eso no lo consiguen muchas democracias occidentales.
"Caudillo"; sí, claro, igualito que el caudillo que tuvimos aquí. Ya puestos, ¿por qué no lo califican como "Führer"? ¡Ah! Y la ocurrencia. La referencia al "¿Por qué no te callas?" de nuestro pluriempleado Jefe del Estado (pluriempleado porque ejerce de Rey, de regatista, de esquiador en Baqueira, de cazador de especies en peligro de extinción, de suegro de...). Perdón, olvidaba que no es "políticamente correcto" criticar al Rey. Este eufemismo, quizá, si se hablase de la Venezuela chavista y de Chávez, se calificaría como... "censura".
Lo dicho, quizá Venezuela no sea el país perfecto, pero si miramos al nuestro (sobres a políticos; el ministro de Hacienda que amenaza a todo el que le critica con hacerle una inspección; escándalos en la familia real; paro desbocado; basura en lugar de comida en los hospitales públicos; niveles de pobreza dignos de la época de nuestro caudillo; sanidad pública desmantelada; la enseñanza pública, desmantelada y adoctrinada, corrupción a todos los niveles¿) pues quizá tampoco somos quién para ir dando lecciones a nadie.
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