La noticia de una huelga de ganaderos vacunos en Galicia me devuelve a las reflexiones de este verano. Hemos estado en Cantabria y particularmente en los valles Pasiegos y en el valle de Cabuérniga. Mientras hacíamos un trabajo de campo para la universidad, hemos aprendido sobre las tradiciones, los guisos, las fiestas, la economía y el habla cántabra. En todas partes, la misma respuesta: ya no se puede vivir de las vacas. Las vacas confieren un paisaje repleto de campos de un verde penetrante en las laderas de las montañas; de la leche de vaca se elaboraba el queso y la manteca en las cabañas. La vaca de leche en general desapareció, reemplazada por la vaca de carne, más valorada. Sin embargo, estos valles se están despoblando; y su cultura y su modus vivendi se están perdiendo. No se trata solo de la compraventa de la leche a un precio justo, ni del apoyo al minifundio ganadero que asegura unas vacas sanas y una leche saludable, ni de garantizar el futuro de los jóvenes de estos valles... se trata de respetar y cuidar nuestra historia, nuestra cultura.
Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí
Envía una carta del lector, opina sobre la actualidad y haznos llegar testimonios, denuncias y sugerencias para publicar en la edición impresa y en la web.
MOVILIDAD - Alessandro Malfatti (Barcelona)
SERVEIS - Enric Alfonso (Salou)
BARCELONA - José María Mateo (Santa Coloma)
ACTUALIDAD - Pablo Fuentes (Valladolid)
POLÍTICA - Antoni Tort (Barcelona)