Debido al reciente eclipse solar, los medios se hicieron eco de las recomendaciones de la Conselleria de Salut para proteger la vista de los niños. En algunas escuelas, se retrasó la hora del patio. En otras, se cancelaron excursiones. Es irónico que otro sentido básico, el oído, sea sistemáticamente machacado por la misma sociedad que lanza y acata estas alertas. Hace años que veo (y escucho) cómo se somete a los niños a un bombardeo de dañinos decibelios. En fiestas de fin de curso, cabalgatas de Reyes, chiquiparks, acontecimientos deportivos... Horas y horas de música por encima de los niveles adecuados. Se están creando generaciones de sordos en nombre de la mal entendida cultura mediterránea, mientras que la OMS alerta de que el ruido excesivo produce lesiones auditivas irreversibles. Es alarmante la falta de conocimiento y de campañas de sensibilización por parte de nuestras instituciones.
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