Los catalanes somos un pueblo con memoria selectiva. Esta es precisamente la que se pone de relieve ahora, en el trascendental momento que vivimos. Recordemos todo lo que ha ocurrido en la relación entre Catalunya y España. Nuestra fuerza radica en la visualización de todo lo que a lo largo de cientos de años ha ido configurando nuestra manera de ser y en lo que nos diferenciaba primero con Castilla y ahora con España. Somos lo que somos y actuamos por muchas sensibles razones acumuladas al o largo de todos esos años. Nuestra configuración como nación era diferente de la de Castilla como lo ha sido después de la de España. Y ahora, se ha puesto en evidencia un agravio añadido: el tratamiento injusto por parte de España y que afecta a todos los catalanes en aspectos económicos que representan un perjuicio para el mantenimiento de las estructuras sociales en Catalunya. De continuar dentro del actual Esado, seguro que tendremos gravísimos problemas añadidos a los actuales. Tenemos que irnos de España para asegurarnos una normalidad en aspectos sociales y económicos. Necesitamos la independencia para mejorar nuestra vida actual y del futuro.
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