Domingo, 1 de febrero del 2015 Francisco Crespo (Barcelona)

Decía EL PERIÓDICO el 25 de enero que el Pasok griego está totalmente hundido porque inició las políticas de austeridad. Con todo respeto, discrepo de que ese sea el motivo de las horas bajas del Pasok y, en España, del PSOE y otros partidos de izquierda. La realidad es que hace años abandonaron sus programas progresistas en lo social y en lo económico y se han sumado a la voluntad política imperante, sin que se diferencien prácticamente de los partidos de derechas en cuanto a su política económica; en todo caso, algo en lo social. Pero claro, eso lo han podido hacer de una manera falsa, ya que la justicia social depende del grado del reparto del trabajo y la riqueza. A mayor reparto, más derechos sociales y viceversa. Y ahora estamos en una época en que, ante la ausencia de freno del desaparecido bloque socialista, se ha desatado en el sistema capitalista el afán de acaparar, de privatizar y de ganar dinero a espuertas de cualquier forma y siempre a costa de los más desfavorecidos.

La globalización ha creado un panorama nuevo, pero siguen existiendo las clases sociales. Y, aunque suele haber propuestas varias para resolver un problema, en este caso la solución es única: dejar de acaparar riqueza para volver a tener un reparto más justo. Ese es el secreto para volver a disfrutar del Estado del bienestar, que ha existido solo en Europa, vecina del otro bloque; ¡oh, casualidad! Y para acabar, una pregunta. ¿Qué hubiese pasado si Zapatero hubiese sido valiente y en lugar de plegarse a las exigencias del poder, hubiese dimitido explicando que lo hacía por conciencia social y convocando elecciones? Ahora todo son conjeturas, pero me atrevo a decir que nos hubiéramos ahorrado bastante sufrimiento. Seguro que otra solución hubiese habido a esa debacle que ya no nos creemos. Digamos que el camino que ahora se inicia con Syriza y Podemos se hubiese adelantado unos cuantos años.

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