Hace unos días fui al Park Güell y pagué mis ocho euros por entrar. Es un engaño hacer creer que, gracias a la privatización, se reducirá el número de visitantes y se protegerá el patrimonio arquitectónico gaudiniano. Hoy entra la misma cantidad de turistas de antes (por no decir que más); la única diferencia es que ahora van entrando de media hora en media hora, de manera visualmente menos impactante, más ordenada. La otra diferencia es que alrededor del espacio monumental, que es la zona de pago, se juntan todos los turistas que no quieren pagar. Resultado: aún más visitantes. Al final de la tarde, en la hora en la que el parque deja de ser de pago, se llena de gente que estaba fuera esperando para visitarlo gratis. Resultado: aún más visitantes. Se han puesto máquinas para la venta de entradas de acceso al Park Güell en las paradas de metro de Lesseps y Vallcarca. Resultado: aún más visitantes. Conclusión: haber montado un sistema de pago por zonas y por horarios hace que, fuera de estos espacios de pago y de estos horarios, se produzcan avalanchas humanas. ¿Qué ha cambiado con la privatización del parque? ¿Realmente entran menos visitantes ? ¿Realmente el patrimonio está más protegido? ¿Realmente la salamandra no corre peligro como antes? Llevo años enamorada del Park Güell y aquí lo único que ha cambiado es que ahora se paga por entrar. Nada de defensa del patrimonio, nada de reducir un turismo masificado. Adelante con las invasiones bárbaras, pero, eso sí, cada media hora.
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