Viernes, 1 de febrero del 2013 Jaume Farrés Boada (Olesa de Montserrat)

Según las crónicas de la época, los 'chorizos' eran los partidarios del Teatro del Príncipe (Madrid, 1742). Parece ser que un actor de la compañía, Francisco Rubert, en una función de tarde y a falta de unos chorizos que debía comer en plena escena, improvisó una larga serie de improperios contra el encargado del atrezzo. La reacción del público fue inmediata: un ataque de risa colectivo. Desde entonces el ingenioso actor fue llamado 'el de los chorizos', y con este nombre acabó llamándose a todos los que asistían a aquel teatro de la ciudad de Madrid. Aparte de la definición académica del Diccionario de la Real Academia de la Lengua, todo el mundo conoce por 'chorizo' a una persona que roba o estafa con cierta habilidad. Es evidente que, de una manera u otra, el chorizo, en todas sus variedades, forma parte del patrimonio nacional. La larga lista de chorizos locales, autonómicos y estatales constituye un material de estudio extraordinario para entender la situación actual de un país que es productor, también, de otros embutidos.

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