Los demócratas españoles estamos dolidos, tristes, cabreados. Catalunya, sin la que no se puede comprender nuestra nación, está sumida en el caos. Los españoles debemos ayudarnos para superar la trágica situación que atravesamos, sin rencor, rabia, agravios... Todos, a nuestra manera, sentimos la necesidad de apreciarnos, más allá de ideologías, del idioma que hablamos, de dónde nacimos o vivimos; en definitiva somos iguales, libres y solidarios. Eso es lo que nos hace mejores y en lo que se apoya España, y por lo que es una referencia mundial desde la Transición. No rompamos esa unión histórica, cultural, política, social y económica, porque estaremos perdidos y no nos reconoceremos a nosotros mismos. ¿Qué sería de España sin Catalunya y de Catalunya sin España?
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