Jueves, 7 de mayo del 2015 Anna Peñarroya (Terrassa)

Según la RAE, la palabra genocidio hace referencia al exterminio sistemático de un grupo social por causas de raza, etnia, política… ¿Les recuerda a algo? Miles de muertos con características comunes: color de piel, religión, cultura y nivel socioeconómico bajo. ¿No son estas las características que la RAE especificaba? Fosas comunes, cuerpos sin identificar, familias sin noticias, aldeas preocupadas por sus vecinos, países que pierden gran parte de su población joven. ¿No nos recuerdan estos hechos a las horribles consecuencias de las guerras que tanto nos han querido enseñar para que no se repitieran? Ser culpable o hacer la vista gorda nos hace igual de menos humanos. Y en la Europa del siglo XXI, tras dos grandes guerras, de hacer de meros espectadores en conflictos armados y de ser cómplices de las miserias ajenas, dejamos otra vez en evidencia la falta de moralidad y de humanidad que tanto hemos criticado. Por no querer salvar a toda esa gente que lucha por no morir y se arriesga a perder la vida en el camino. Total,  ¿qué les queda? Miles de personas, con sus historias, su gente, sus anécdotas personales, sus sueños, su humanidad... Miles de personas muertas en este mar nuestro, símbolo de la grandeza de los imperios europeos, de la evolución de la sociedad hacia un continente justo, próspero, pero que sigue siendo cómplice de un genocidio. En memoria de todos los inmigrantes muertos en el Mediterráneo. 

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