Parece que Ada Colau no lleva del todo bien la asunción de haber sido la candidata más votada, lo que no implica ser alcaldesa de facto; de momento no ha sido investida como tal, y eso parece que le genera cierta intranquilidad. Se dice que hay que saber perder, algo que Trias ha hecho con pesar pero también con elegancia. Señora Colau, también hay que saber ganar, y de momento sus actuaciones y declaraciones no son humildes ni generosas. No me parece bonito acusar a Trias de firmar contratos a sus espaldas, sustentándolo en una frase tan poco sustancial como "nos han hecho llegar que…", y si seguimos con la contrariedad que le supone que el "president" no la felicite, o el acaloramiento que le genera que el señor Oliu tenga un muy mal momento y la trate de personaje folclórico, o la ansiedad por saber que los hasta ahora actores en el ayuntamiento intenten hablar y negociar planteando la posibilidad, absolutamente democrática, que no fraude electoral o pacto contra natura como usted ha dicho, de no investirla como alcaldesa, la cosa no puede pintar peor. Señora Colau, rebaje el tono, ármese de paciencia y tenga conciencia de que ha dejado el activismo social para saltar a la arena política, un escenario muy diferente y en el que, mal que le pese, es inexperta; en política usted aún no ha demostrado absolutamente nada, únicamente tener un discurso entusiasta, vehemente y solo el tiempo dirá si realista o no. A partir de ahora deberá ser más prudente, menos vehemente, tener voluntad de pacto, y lo más importante: demostrar humildad y cintura para encajar críticas.
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