Una obra de Ines Doujak incluida en la exposición La bestia y el soberano ha causado polémica con razón. Representa al rey Juan Carlos I montado por detrás por una mujer, que a su vez está inspirada en una líder obrera y feminista boliviana, que a su vez parece montada de igual forma por un perro. La obra fue seleccionada por dos comisarios del Macba y dos del museo Württemberg Kunstverein de Stuttgart. La obra es muy chocante a primera vista y se presenta envuelta en confeti intelectual: "Aborda la relación entre las colonias y Europa a través de la industria textil […] Estudia y analiza las implicaciones actuales del colonialismo y cómo sus problemáticas se perpetúan en la actualidad".
No salgo de mi asombro, porque la obra es un refrito de un montaje titulado The Ants at the crossroads de la misma artista, que poco tiene que ver con la colonización, el indigenismo y el textil. Si miro bien, el grupo parece una falla valenciana, pero su discurso pretencioso no es más que un justificativo del insulto pueril. Disculpemos a los artistas, que pueden hacer lo que quieran, incluso reírse del profeta de los que creen en la religión musulmana, pero convertir eso en una pieza de exposición sobre el textil me produce menos hilaridad que las portadas de Charlie Hebdo. La obra que ha causado la polémica en el Macba insulta y ofende al rey Juan Carlos, pero no más que a la líder obrera, que sale mal parada. No pillo la intención de los genios. Espero que en la exposición haya una ficha explicativa para indicar a quién representa el perro. Mis respetos al señor Bartomeu Marí.
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