Me ducho escuchando la radio en catalán. La chica suramericana me sirve el café con leche que he pedido en catalán. Y la china de media mañana me trae el café con hielo. Ambas han distinguido las fricativas de las palatales. Tengo una urgencia y voy al paquistaní. Está aprendiendo catalán y le pido crema depilatoria para ponerme guapa para ir a la playa. Todo es cuestión de hablar con simpatía. Subo al piso y, en el ascensor, la vecina Rosario me dice: "qué calor". Sí, este año está haciendo demasiada calor.
Como debo de tener pinta de guiri, en el chiringuito de la playa la camarera comienza así la conversación: "Spanish or English?" Un mojito. Bueno, esta respuesta no cuenta para este análisis lingüístico, pero sí la comida: una escalibada con anchoas, salmón a la brasa y un helado de frambuesa. Sin problemas de traducción con el camarero morenito.
Ahora toca un poco de cultura: prensa, cedés y libros en la lengua de Salvador Espriu. El latín, el etrusco, el copto y el dálmata son lenguas muertas. Si no queremos añadir el catalán a esta lista, lo que tenemos que hacer es utilizarlo durante las 24 horas del día. Por la noche, concierto en el Teatre Grec. Bueno, eso tampoco cuenta, porque la música es un lenguaje universal.
Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí
Envía una carta del lector, opina sobre la actualidad y haznos llegar testimonios, denuncias y sugerencias para publicar en la edición impresa y en la web.
MOVILIDAD - Alessandro Malfatti (Barcelona)
SERVEIS - Enric Alfonso (Salou)
BARCELONA - José María Mateo (Santa Coloma)
ACTUALIDAD - Pablo Fuentes (Valladolid)
POLÍTICA - Antoni Tort (Barcelona)