Unas preguntas que debemos hacernos todos: ¿Qué pasa en realidad cuando han sido necesarios 34 años para que Jordi Pujol confiese? ¿Es por arrepentimiento o se encuentra arrinconado y sin salida? ¿Cuál es el alcance del problema para que él mismo manche su imagen? ¿Nada sabían las autoridades judiciales, políticas o de gobierno o el asunto se ha desvelado cuando se ha estimado oportuno? ¿Hay que refundar CDC por este tema (Rull dixit) o podemos concluir de sus palabras que CDC era Can Pujol y hay que empezarlo todo de nuevo? ¿Hay relación entre la confesión y la consulta soberanista? Si hay vínculo, entiendo que Pujol (como mentor áulico de Mas) habría jugado mal sus cartas. Pudiera ser que, hasta ahora, estuviera acostumbrado a que en sus partidas fuera el oponente quien, como en una carrera suicida, se apartara de la vía. Al parecer, esta vez no ha sido así.
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