Nunca hubiera pensado que escribiría una carta en defensa del president Jordi Pujol. La confesión de que ha tenido dinero en Suiza nos ha trastornado a todos, pero quizá convendría contextualizar lo que Jordi Pujol explica para entenderlo. Pujol fue detenido, torturado y condenado por el Estado por desarrollar actividades políticas en pro de Catalunya. Tiempo después, los primeros años de la década de los 80 fue una época en la que el ruido de sables era permanente, lo que para una persona con su trayectoria y posición no era motivo de confianza hacia la situación general. Creo normal que, al heredar el dinero, los dejara en el extranjero para poder disponer de él en caso de que las cosas no fueran bien aquí, en nuestra casa. Francamente, tal vez yo hubiera hecho lo mismo, no por codicia, sino por puro espíritu de supervivencia mío de y mi familia. Cierto, las cosas en Catalunya y en España se fueron calmando, pero entonces traer este dinero a casa fue un problema. Cualquier momento habría sido desafortunado, a ojos de la ciudadanía, para regularizar la situación. ¿Es esto una excusa? Sin duda que no, pero es en todo caso comprensible. Quizá ahora todos renegaremos de su nombre, pero su delito es, admitámoslo, menor que muchos otros que han quedado aparcados en el olvido: los asesinatos del GAL, la fortuna de la familia Franco o, por qué no recordarlo, la de la familia Real española. Que sea investigado y si así se determina, que pague por sus actos. Pero el resto también.
Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí
Envía una carta del lector, opina sobre la actualidad y haznos llegar testimonios, denuncias y sugerencias para publicar en la edición impresa y en la web.
MOVILIDAD - Alessandro Malfatti (Barcelona)
SERVEIS - Enric Alfonso (Salou)
BARCELONA - José María Mateo (Santa Coloma)
ACTUALIDAD - Pablo Fuentes (Valladolid)
POLÍTICA - Antoni Tort (Barcelona)