En la preinscripción de P-3 para este curso hubo falta de previsión del Consorci d’Educació de Barcelona en Poblenou, Diagonal Mar, Front Marítim y Vila Olímpica. La oferta de plazas no se ajustaba a la demanda, por lo que muchas familias no pudimos matricular a nuestros hijos en el colegio elegido en primera opción. En nuestro caso, quedamos en lista de espera. El colegio actual de mi hija está a unos 25 minutos de casa andando a paso de una niña de apenas 3 años, y no hay transporte público hasta allí. Mi mujer entra a las 9 a trabajar, por lo que tiene que dejarla a las 8 en el servicio de acogida, y cada día salen de casa sobre las 7.35 para ir al cole. Hace unas semanas se produjo una baja en el centro que habíamos escogido en primera opción, a 4 minutos de casa. El colegio se mostró favorable al cambio, pero el Consorci lo deniega: solo accede a cambios a mitad de curso en circunstancias excepcionales, como un cambio de domicilio. Y el número de sorteo y la lista de espera ya no tienen validez. Como padres, vemos vulnerado nuestro derecho a la libertad de elección del centro educativo e incumplido el criterio de proximidad del centro educativo al domicilio habitual o lugar de trabajo de los padres que establece la ley.
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