Las compras masivas de deuda harán que, poco a poco, la salida del estancamiento europeo sea una realidad. Un sobresaliente, pues, para el Banco Central Europeo. Ahora bien, si la austeridad sigue presente, poco habremos ganado. El problema de Europa no son los déficits, sino el enorme paro de la eurozona. Para salir de este error, tenemos que recurrir una vez más a John Maynard Keynes. Cuando Keynes escribía sobre la necesidad de gastar para salir de una depresión, Gran Bretaña estaba más endeudada que cualquier país desarrollado hoy. Se trata del gasto en inversión y consumo privados, pero también del gasto público. Cuando la atonía es la tónica del sector privado, el gasto público debe ayudar a relanzar la economía. El Gobierno de España desconoce esta realidad o no le interesa. Sí, es la hora de construir infraestructuras, de aumentar el gasto público en investigación y el gasto social. El multiplicador del gasto público está a la espera de actuar.
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