Jueves, 15 de noviembre del 2012 Rubén Vives (Cabrera de Mar)

Tengo 31 años y quiero denunciar la hipocresía política que impera respecto a los emprendedores catalanes. Mi proyecto consiste en construir y gestionar un circuito de actividades de motor, y hace dos años gané un premio de emprendeduría de la Generalitat de Catalunya (Programa Projecta't) en forma de subvención en especie, valorada en 4.000 euros, para desarrollar mi plan de empresa. Con todo preparado, empecé a buscar un terreno donde ubicar mi proyecto, y es aquí cuando empecé a percibir la hipocresía que mencionaba. Desde el primer día, ninguno de los ayuntamientos a los que me he dirigido para solicitar la licencia de actividad pertinente (Mataró, Argentona, Dosrius, Calella, Canet de Mar, Cabrera de Mar y Tordera) me han ofrecido ninguna respuesta. Es más, algunos incluso se han reído de mí y de mi proyecto; otros me han tratado de loco; y en algunas ocasiones no me han querido ni escuchar a pesar de tener cita con los técnicos pertinentes, cuando soy yo el que arriesga el patrimonio familiar, mi capital, a cambio de una licencia que me permita trabajar y crear trabajo. En mi caso, todo son trabas, problemas, complicaciones¿ Es de mucha hipocresía becar a personas emprendedoras para ponerse medallas y luego cerrarles la puerta de las ilusiones y las aspiraciones. Muy probablemente tendré que irme de Catalunya para seguir luchando por mi proyecto, porque veo claramente que aquí los emprendedores no tenemos ninguna posibilidad. Aquí no hay futuro.

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