Miércoles, 6 de mayo del 2015 Domiciano Sandoval (Barcelona)

¿Somos culpables los pensionistas de la situación del sistema público de pensiones (SPP) por negarnos a morir antes? ¿Nuestro SPP es más caro que los de los países de nuestro entorno? ¿Sería posible otro medio de financiación del SPP? Respondamos. Si nuestro sistema se resiente, no es solo porque los pensionistas vivan más años, sino porque tenemos cinco millones de parados y porque las sucesivas reformas laborales han reducido la calidad y el tiempo de los contratos y, por tanto, los salarios. La pensión media en España está claramente por debajo de países como Italia o Francia, mientras que la esperanza de vida de sus ciudadanos es similar a la nuestra. La tercera pregunta nos lleva a otra: si el Estado financia multitud de servicios con cargo a los presupuestos generales ¿por qué no las pensiones? Nuestro SPP es solidario y redistributivo, pero eso no es razón para que se financie solo de cotizaciones sociales o para que el Estado no pueda destinarle una partida presupuestaria en caso de riesgo de quiebra del sistema, más aún si el problema lo han originado políticas erróneas y si su caída puede provocar un problema de vital importancia para millones de familias y ciudadanos. Sinceramente, creo que lo que subyace en todo esto, como en la salud y la educación públicas o la dependencia, es un interés desmesurado por dejar caer el SPP para privatizarlo. Y ahí están las entidades financieras y las aseguradoras, gastando millones en publicidad para captar clientes, o las cifras del último año de planes de pensiones privados.  

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