"Eres el fracaso de mi matrimonio", decía el gran Pedro Reyes entre bambalinas a sus amigos más queridos, un comentario que luego se transformó en muletilla dentro de su inmenso surrealismo. Pedro Reyes formó parte de mi vida desde niño. Contribuyó a que millones de personas de este país cultivaran un gran amor al humor absurdo e inteligente y a la creatividad. Pedro ayudó a forjar amistades en las que este tipo de humor se afianzaba en noches de mesa de camilla y humo flotando entre carcajadas. Está desapareciendo en los últimos años una de las generaciones de humoristas más talentosas de los últimos tiempos, justo cuando más los necesitamos. Pedro, ¿quién te iba a decir con 22 años, cuando mirabas tan de cerca La bola de cristal, lo que ibas a hacer por una de las generaciones más denostadas de este país?
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