Domingo, 31 de agosto del 2014 Carles Quintana (Barcelona)

Es conocido el carácter autoritario, caciquil y manipulador de la FIFA. Sus dirigentes se consideran los amos y dioses intocables de su particular negocio, este deporte llamado fútbol. Admitiendo los fallos administrativos que haya podido cometer el Barça en la admisión de algunos jóvenes jugadores de su Masia, es inverosímil y grotesca una sanción que tiene más visos de vendetta que de ejemplaridad, contra una entidad reconocida internacionalmente como modélica en el cuidado, la formación y la protección de jóvenes deportistas, y cuya cantera ha dado a España alguna Eurocopa y el Mundial de Sudáfrica. Pero creo que sin querer ha hecho un inmenso favor al club al no permitirle fichar hasta el 2016. Considero que sus directivos, tan machacados por un interesado y conocido entorno, y su staff técnico algo habrán hecho bien para que de esta castigada base surjan jugadores de la talla de Munir, Sandro, Samper, Adama...Con estos jugadorazos ¿para qué necesita fichar el Barça el próximo año y pagar 60 millones por un chico de 20 años, Marquinhos, suplente en su equipo y que ni siquiera fue convocado por su selección para el Mundial? El verdadero problema para el club será retenerlos para que no se marchen regalados, como ha sucedido últimamente. Así que gracias, FIFA, porque con esta sanción al menos alguno de ellos podrá ascender al primer equipo.

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