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CULTURA

La forja sigue estando olvidada en los museos públicos de Catalunya

Viernes, 9 de octubre del 2015 Luisa Amenós (Cabrera de Mar)

Se inaugura en la Pedrera una magnífica exposición sobre Modernismo en la que he colaborado con un artículo sobre los oficios del metal. La exposición evidencia la importancia de las artes decorativas en el Modernismo catalán, un fenómeno ligado al dinamismo de una sociedad industrial que tuvo en Barcelona su motor. Esta realidad debería tener un reflejo en nuestros museos públicos, sobre todo los que tienen por objetivo preservar el patrimonio de la ciudad. Es imperdonable que el Museu del Disseny no tenga una colección de orfebrería, metalistería y forja que muestre la tradición de la forja catalana. Este hecho pone sobre la mesa las carencias de nuestros museos a causa de una política cultural que nunca comprenderé. He aquí un ejemplo en primera persona: Siempre me he preguntado por qué el Museu del Disseny no impulsó la creación de un colección de orfebreria, metalistería y forja durante los dos años que me tuvo registrando la colección de artes gráficas en régimen de autónoma dependiente. Hablo de poco tiempo antes de abrir el nuevo edificio de las Glòries, cuando había prisas y dinero para inaugurar todo tipo de museos. Terminada esta fiebre, como la mayor parte de los externos del ICUB, pasé a engrosar las listas del INEM. Dieciséis años antes me pasó lo mismo en el museo Cau Ferrat de Sitges: me quedé en paro justo tras haber presentado una propuesta para dinamizar las magníficas y olvidadísimas colecciones de forja de Santiago Rusiñol y de la Junta de Museus de Catalunya. Tenemos unos museos carísimos de mantener que a menudo parecen incapaces de explicar la riqueza y la variedad patrimonial de Catalunya y que manifiestan muy poca sensibilidad hacia las personas y el conocimiento.



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