Miércoles, 9 de enero del 2013 Pere Toro (Barcelona)

Estos días ha habido un conflicto con los taxis del área metropolitana a raíz de los turnos que han impuesto las autoridades. Se ha dicho que la indignación de los taxistas se debe a que estos turnos menguan la caja diaria, pero no es exactamente así. La indignación viene del hecho de que ante la necesidad de reducir el número de taxis en circulación, nuestras autoridades, como en la antigua Grecia, prefirieron responder a los intereses y a las voluntades del 'oligos', una minoría de licencias explotadas en doble turno por las empresas de flotas (un 15% del total), que atender a las decisiones del 'demos' o inmensa mayoría de taxistas (un 85%). Como entonces, la minoría se impone al pueblo. Ya hace tiempo que el 'demos' pide «un taxi, un taxista» salvo en los taxis explotados por el titular y un familiar, pero esto va en contra de los intereses del 'oligos'. A finales del 2011 se aprobó democráticamente por amplia mayoría un sistema de turnos, pero el 'oligos' alegó que atentaba contra la libertad empresarial de su 15% y las autoridades lo dejaron en papel mojado. En febrero de 2012 se votaron nuevas propuestas, y el nuevo sistema de turnos aprobado por una amplia mayoría volvió a anularse porque no satisfacía a una minoría, que pretendió ganar en los despachos lo que había perdido en las urnas. ¿Qué prefieren las autoridades del taxi? ¿Bailar al ritmo de la música del 'oligos' o responder a los parámetros de las sociedades modernas y desarrolladas respetando las voluntades y decisiones democráticas de la mayoría?

Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos a cartalector@elperiodico.com o a nuestra cuenta de Twitter @EPentretodos

Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí

Compartir: