La nueva ordenanza de terrazas que está aplicando el ayuntamiento de Barcelona supone, según el gremio de Hostelería, la reducción a la mitad de las mesas de bares y restaurantes y la pérdida de más de 6.000 puestos de trabajo directos entre empleados y pequeños empresarios. Paradójicamente, se aplica solo en las zonas no turísticas de la ciudad, un colectivo duramente castigado ya por la crisis y por la ley antitabaco y cuyos usuarios son los mismos ciudadanos de Barcelona a los que la nueva ordenanza pretende beneficiar.
Cercenar drásticamente la actividad económica de la hostelería en la ciudad de Barcelona, cerrar empresas, enviar a 6.000 personas a las listas del paro, disminuir a la mitad los ingresos del ayuntamiento en concepto de tasas de ocupación de la vía pública…. ¿todo esto para qué? Si la nueva ley sigue su curso, nuestra flamante alcaldesa va a tener mucho trabajo próximamente parando desahucios pues seremos muchos los que no podremos pagar nuestra vivienda.
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