Sábado, 10 de mayo del 2014 Manuel Souto (Barcelona)

Acaba de arrancar la campaña electoral para las europeas y ya se pueden ver carteles en las calles anunciando las elecciones como si se tratase de un concierto y presentando a los candidatos como estrellas de rock. Las agencias de publicidad nos venden la imagen del candidato perfecto. Más allá del márketing, ¿qué tienen estas elecciones que las hacen tan especiales? ¿Por qué debemos ir a votar el 25-M y tratar de superar la barrera del 45% de participación de las dos últimas elecciones europeas? Estas elecciones son diferentes porque por primera vez los ciudadanos podremos elegir al presidente de la Comisión Europea. Los 751 eurodiputados del Parlamento elegidos deberán escoger al sucesor de Durao Barroso. Entre los candidatos destacan Juncker (PPE), claro defensor de las medidas de austeridad, y Martin Schulz (PSE) que apuesta por otra política económica que combine la disciplina presupuestaria con inversiones en sectores como el de investigación y educación. El elegido tendrá un programa que cumplir, poder suficiente para enfrentarse a los jefes de los estados y legitimidad para lograr una verdadera unión política entre los países del sur y norte de una Europa tan desestructurada como paralizada desde hace tiempo. Hace ya dos años y medio que no vamos a las urnas. Ya que recibimos la democracia a cuentagotas aprovechemos esta oportunidad para decidir entre todos el camino que queremos que tome Europa. 
 

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