Hace poco, en Terrassa, la prestigiosa soprano húngara Csilla Ötvös impartió una clase magistral a los alumnos de canto del Conservatorio. Ella misma abrió el acto con un recital en el que interpretó con exquisitez muchos 'greatest hits' de la historia de la ópera. Siento vergüenza de que un recital como aquel solo lograra agrupar a una cincuentena de personas como público. La realidad es que estamos asistiendo a un desprestigio de la música, y del resto de las artes, tanto a nivel educativo como profesional. Como dijo Franz Liszt, "la música es el corazón de la vida. A través de ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso".
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