Tossa de Mar, que fue ensalzada en un famoso artículo publicado en 1934 en la revista 'Art' por el pintor y crítico de arte Rafael Benet como "la Babel de las Artes", acunó la creación del Museu de Tossa, el primero dedicado al arte de nuestro tiempo. Inaugurado en septiembre de 1935, recoge una importante colección de arte contemporáneo, con obras de un fondo histórico de arte catalán de finales del siglo XIX y principios del XX, y también obra de los artistas nacionales y extranjeros que frecuentaron Tossa en los años 30 del siglo XX. Cabe destacar de esta época el cuadro 'El violinista celeste', de Marc Chagall. Ya desde finales del siglo XIX, Tossa de Mar se había convertido en un polo de atracción de pintores paisajistas que venían a la ciudad atraídos por la belleza de su paisaje. Junto con Olot, Cadaqués y Sitges, Tossa se convirtió en uno de los lugares más sugerentes para muchos artistas. Podemos mencionar a pintores como Mir, Gimeno, Roig i Soler, Barrau, Villalonga, Colón, Masriera, Brull, Galwey, Canales, Espinal y Badrinas, entre otros. La mayoría de ellos hicieron largas estancias en Tossa. Con motivo del 80º aniversario de la apertura del Museu de Tossa, los responsables del mundo de la cultura –políticamente correctos, ¡ay! – decidieron encargar a un grafista abstracto una enorme pieza de color azul. A la inauguración asistirá el 'conseller' de Cultura, Ferran Mascarell, célebre negacionista de las artes figurativas contemporáneas. El descalabro del mundo de la cultura es inenarrable.
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