Miércoles, 15 de mayo del 2013 Rosa Ponsa (Moià)

Tengo una hija que de 12 años y por un error médico sufre una grave discapacidad debido a una lesión cerebral. En la valoración de dependencia le reconocieron el grado máximo, pero ya nos han recortado más de un 30 %. Mi hija toma mucha medicación, lleva pañales porque no controla los esfínteres y tengo que estar pendiente de ella todo el día, sobre todo, durante las comidas, porque hay que controlar que no se ahogue porque le cuesta tragar... No tengo a nadie que me ayude en el día a día y a veces resulta agotador. No entiendo por qué recortan a los más débiles y no sé cómo vamos a salir adelante si nos recortan más las ayudas; en casa solo trabaja mi marido y nos cuesta mucho llegar a final de mes. Además, vivimos en un pueblo y esto nos obliga a desplazarnos para todo --rehabilitación, médicos...-- y nadie nos concede ningún tipo de ayuda. Espero que entre todos podamos hacer piña y que los políticos se lo piensen mejor a la hora de tocar a los más débiles.

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